La Adaiseña: Una mujer de la frontera novohispana en el siglo XVIII

—¡Ya supe lo que le pasó a tu tía Pepa!—, dijo mi padre, gozosamente.

Tuvo que explicarme. A mi hermano Gustavo le platicó una historiadora, que había indagado sobre una cacería de brujas ocurrida en la época colonial, en que participaban personas con nuestro apellido, Iruegas, desconocido para casi todo mundo.
—Busque usted el artículo en unos meses en “Nexos”, allí encontrará la historia detallada—, le dijo ella.

Nunca se publicó, pero Gustavo tomó la hebra e hizo su propia búsqueda en el Archivo General de la Nación, en el Ramo Inquisición, sobre “La Complicidad de Coahuila”, como se llamó al caso. Mi papá le ayudó a transcribir los manuscritos, por lo que, efectivamente, fue el primer Iruegas que supo lo que le sucedió a Josefa Iruegas Camacho —La Adaiseña, o mi “tía Pepa°— en el tribunal inquisitorial. Gustavo publicó un libro que describe el proceso y además, entre muchas otras cosas, contiene la biografía de Josefa.

La adaiseña vivió el avance de la frontera, tuvo contacto cerca del Misisipi con colonos franceses y con nativos, conoció la mentalidad mágica y la brujería, y también, para su infortunio, a la inquisición y sus tribunales en México.

El recorrido por la vida de La Adaiseña nos muestra su mundo, lleno de hechos y personajes que conforman una historia intensa y emocionante.