
Antes y después de la Cristiada: Análisis de las circunstancias que antecedieron y siguieron al conflicto cristero
Autor: José Antonio Martínez Álvarez Periodo: 1910 - 1946 México Revolucionario Etiquetas:Guerra Cristera |ANTES. En vísperas de que se registrasen con su mayor crudeza los efectos de las medidas anti-católicas que el régimen de Plutarco Elías Calles y sus subalternos los Gobernadores y las Legislaturas de los Estados habían dictado, la cotidianeidad en el país se conformaba con los ingredientes hasta entonces normales, junto con los nuevos que a modo de explosivos químicos degenerarían en aquel fenómeno de intolerancia recíproca que se llamó la guerra cristera.
DESPUÉS. Las noticias que entonces publicaron los periódicos, sobre todo “Excélsior” y “El Universal”, se referían a las frecuentes escenas de rendición de cristeros, aunque hubo algunos, como el sacerdote y general Aristeo Pedroza, que en los Altos de Jalisco se mostraba renuente a la resignación, bajo la premisa de que casi tres años antes el alto clero había declarado “lícita” la resistencia armada.
Entre contradicciones informativas al cabo se supo que Pedroza había fallecido en una escaramuza con tropas federales, con lo que uno de los principales ministros de la guerra cristera desapareció para escarmiento de otros que pudieron alentar la idea de mantenerse en beligerancia indefinida.
De cualquier modo, la sociedad parecía ya estar harta de aquel festín de luto que permanecía en un punto muerto, con perniciosas derivaciones para la economía nacional.
La capitulación progresiva de cristeros corrió paralela con el retorno a sus diócesis de los prelados que en su mayor parte se habían exiliado en los Estados Unidos, si bien algunos, como el arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez, decidió permanecer oculto en los Altos, sin dejarse ver por federales ni cristeros, aunque una de las medidas que se acordaron adicionalmente en los arreglos, fue su alejamiento temporal de México.
Se cierra uno de los episodios más aciagos de la historia de México, con la sensación del gobierno federal, en el fondo, de haber obtenido una victoria pírrica, mientras que por la parte perdedora se acumula una serie de sentimientos negativos que con el tiempo se irán sedimentando, pero sin que dejen de luchar, con otras armas y otras tácticas, para que al fin se modifique el contenido persecutorio de la Constitución Política, y cuya derogación fuera uno de los ejes centrales de sus fatigas. El otro objetivo, el derrocamiento del gobierno, se creía estar construyendo desde la trinchera vasconcelista, en forma de un relevo pacífico del poder, que en su oportunidad adoptaría la modalidad de alternancia.