
Álvaro Obregón en Celaya
Autor: José Antonio Martínez Álvarez Periodo: 1910 - 1946 México Revolucionario Etiquetas:Álvaro Obregón | Revolución mexicana |La ciudad de Celaya ha sido exuberante en referencias históricas de la más variada especie. Para demostrarlo basta recordar que uno de los sabios más eminentes de la humanidad, Alejandro de Humboldt, la visitó a principios del siglo XIX, en su memorable periplo de exploración y estudio de América.
También es la cuna del arquitecto más notable de la región del Bajío, Francisco Eduardo Tresguerras, constructor de todo tipo de edificios religiosos y civiles, aparte de sus desbordantes cualidades en otro género de artes.
La Puerta de Oro del Bajío igualmente fue escenario privilegiado de uno de los ensayos más visionarios en los anales de la industria del México recién independizado, cuando en la segunda década del siglo XIX, el ilustre estadista Lucas Alamán construyera una fábrica de paños y adquiriese la hacienda de Trojes y los ranchos de San Lorenzo y Juan Martín, donde realizó uno de los experimentos agrícolas más trascendentes de que se guarden memoria.
Por esta tierra pródiga han transitado personajes que han tejido en una u otra dirección, el destino general del país: Benito Juárez defendiendo la plenitud republicana; Maximiliano de Habsburgo proponiendo una alternativa de nación sin discrepar en esencia de los moldes liberales. Por consiguiente, del choque de las ideas entre estas y otras muchas personalidades, han emanado combates sostenidos por generaciones estoicas y heroicas que han impreso su huella en este suelo y en el vasto territorio de la patria.
Dos hechos estelares en especial han confluido en Celaya en las distintas coyunturas de su devenir: En 1810, la protesta telúrica de Miguel Hidalgo, transfigurándose aquí en el máximo dirigente del movimiento de liberación nacional, y poco más de un siglo después, Álvaro Obregón librando un duelo demoledor frente a las tropas comandadas por el legendario Centauro del Norte, al cabo del cual, el proyecto liberal republicano que se concibiera en Dolores y se definiera claramente durante la Guerra de Reforma, se plasmó en el documento supremo que actualmente rige los destinos de la nación: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917.
De este último episodio tan contiguo a nuestra contemporaneidad nos ocupamos en las páginas de este libro, para observar en mayor o menor medida la presencia de Álvaro Obregón en Celaya, primero como el capitán más lúcido y afortunado de los ejércitos revolucionarios, y luego como gobernante y ex gobernante nacional que hizo de Celaya uno de sus lugares predilectos de descanso, cultivando en ella amistades que con el transcurso del tiempo se trocaron en factores constructivos de este progresista Municipio.